Parecía imposible, viendo los datos de venta de vehículos enchufables (PEV) al finalizar 2012, año en el que podríamos datar la llegada de los primeros turismos eléctricos en un número significativo de mercados alrededor del planeta, que 10 años después estemos ya ante el punto disruptivo de no retorno.
Efectivamente, aquel año apenas se alcanzaron a vender 125.000 unidades, de las cuales la proporción entre vehículos 100 % eléctricos (BEV) e híbridos enchufables (PHEV) estaba en completo equilibrio. Quién podía vaticinar, en aquel año en que el Curiosity aterrizó en Marte, que una empresa norteamericana, llamada Tesla -que vendió poco más que 2.000 unidades de su modelo S- dominaría el mercado mundial y marcaría el paso a los gigantes del sector del automóvil en tan solo 3 años, pasando a vender más de 50.000 unidades en 2015 y medio millón de vehículos combinando sus 4 modelos el pasado 2020.
En estos 10 últimos años, los vehículos eléctricos han pasado de tener unas autonomías que apenas superaban los 100 km de promedio a rebasar ampliamente los 400, que, sumado al despliegue de puntos de recarga rápida por los continentes más desarrollados, permiten hoy día viajar alrededor del mundo en tan sólo 80 días, tal y como demostraron en el año 2016 Rafael de Mestre y los 9 equipos que participaron en tan intrépido reto (https://80edays.com/elduro/)
El crecimiento de las ventas de vehículos PEV no ha dejado de crecer a lo largo de estos años, a un ritmo medio del 50 %, es decir, que cada dos años, el volumen de ventas se ha duplicado. Alcanzando en 2020 la barrera de los 3 millones de unidades vendidas en un solo año y teniendo en previsión alcanzar los 5 millones en 2021.
Es también muy significativo observar el rol que han jugado diferentes mercados en el desarrollo de las ventas y, por tanto, la presión hacia los fabricantes para incrementar sus capacidades de producción. Si bien en los albores fueron países como Japón y estados como California los primeros impulsores, a media década China tomó el relevo, que no le ha sido disputado hasta hace un par de años por la vieja Europa, gracias a las restrictivas regulaciones de emisiones impuestas por la Comisión.
Ambos mercados, el europeo y el chino, se encuentran a punto de rebasar la mágica cifra del 10% de ventas de vehículos PEV respecto de la venta total de turismos, cota que ha sido denominada por los analistas como el punto de disrupción, es decir, el momento en el que el mercado está lo suficiente maduro como para que su población opte, masivamente, por la adquisición de vehículos eléctricos y den de lado a los de combustión interna.
Y es que, si existe un país que nos ha mostrado cuan rápida puede ser la adopción del vehículo eléctrico, ese país es, sin duda alguna, Noruega. En el país vikingo la venta de turismos con enchufe suponía poco más del 3% en 2012, para llegar a ser del 80% hoy día, relegando la venta de vehículos con únicamente motor de combustión a la pura anécdota.
Este pasado mes de febrero se ha alcanzado la cifra de 11 millones de PEV vendidos desde los inicios de aquel 2012, en el que naufragó el crucero Costa Concordia, y la previsión es que a lo largo de este año se alcance la cifra de 15 millones, pero además, la balanza se inclina hacia la electrificación total, ya que los PHEV suponen actualmente tan solo la tercera parte de las ventas mundiales.
Los equipos de recarga han evolucionado en paralelo. Lejos quedan aquellos primeros equipos de recarga equipados con un par de enchufes tipo schuko que alimentaban en corriente monofásica a nuestro i-MIEV con apenas 2,5 kW cuando hoy día podemos parar y cargar nuestra flota directamente en corriente continua a niveles de 100 kW, con algunos modelos capaces de superar los 250 kW.
Mirar hacia atrás es importante para seguir avanzando de forma decidida en esta nueva etapa, que seguro, nos llevará a que dentro de otros 10 años, los artículos nostálgicos, de retrospectiva, los hagan los amantes de la gasolina.
